Clínica Médica | Tratamiento del dolor │ Lesiones deportivas

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El síndrome miofascial o síndrome de dolor miofascial es un proceso no inflamatorio que puede afectar a cualquier músculo del esqueleto. Éste se caracteriza por la presencia de puntos gatillo (“trigger points”) que son zonas de músculo que se contraen (nodos de contracción) que, al palparlos, hacen aparecer los síntomas como dolor localizado en incluso referido a sitios lejanos a este punto. La presencia de una zona de contracción genera bandas musculares de tensión. Además, produce limitación de la movilidad de las articulaciones e incluso puede, en ocasiones, producir otros síntomas de acuerdo al músculo implicado.

¿Cuál es su frecuencia?
Esta entidad es una causa muy frecuente de dolor, ya sean lumbalgias, dolores de cuello (cervicalgias), dolor en los miembros superiores e inferiores, etc. En las lumbalgias se estima que más del 70% de los dolores tiene su origen en los músculos. Por el contrario y según consensos internacionales, el dolor atribuible a las hernias discales, que suele ser hallazgo frecuente en los estudios por imágenes, se lleva sólo el 4%. Es decir, es probable que aunque esté la hernia de disco, la misma no sea la causa del dolor.

¿Quiénes pueden sufrir un síndrome miofascial?
Cualquier persona puede sufrirlo. Desde un deportista de alto rendimiento hasta un oficinista o una señora mayor. Recordamos que es sumamente frecuente.

¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se establece mediante la entrevista clínica y un buen examen físico. Las imágenes pueden aportar información complementaria, pero no harán el diagnóstico de esta entidad.

¿Por qué nuestro cuerpo genera nodos de contracción y bandas tensas?
En la mayor parte de los casos, el síndrome miofascial es un mecanismo de defensa ante una articulación o articulaciones inestables que tienden a la hipermovilidad. Esta hipermovilidad puede generar lesión de tejidos y es censada por los ligamentos mayormente. Como respuesta genera zonas musculares de contracción que tensan el músculo y restringen el movimiento articular. De esta forma se evita la hipermovilidad y, por ende, la lesión potencial que esto generaría.

Existen además otras causas de síndrome miofascial como alteraciones metabólicas, enfermedades infecciosas, alteraciones hormonales, déficit nutricionales, etc. Por ello, es necesaria una evaluación médica completa.

¿Qué consecuencias puede traer?
La perpetuación del síndrome miofascial puede incapacitar al individuo por la disminución del movimiento de la o las articulaciones y por el dolor crónico. Esta situación puede generar ansiedad y, en ocasiones, depresión. Es, sin lugar a dudas, una causa muy importante de ausentismo laboral. Además, la tensión crónica puede dañar la estructura de las articulaciones implicadas y generar lesión en los tendones (tendinopatías).[1] Así, un problema menor puede agravarse con el tiempo.

¿Es lo mismo síndrome miofascial que fibromialgia?
No, no es lo mismo. Sin embargo en ocasiones pueden coexistir las dos entidades.

¿Cuál es el enfoque terapéutico?
Un enfoque integral intentará identificar los factores que perpetúan y que desencadenan el síndrome miofascial. Cabe destacar que si bien los analgésicos pueden ayudar en un período de tiempo breve, no resolverán el problema y debemos tomar medidas de fondo. Por ejemplo, las posturas en el trabajo (ergonomía) deben ser consideradas.

Por otro lado, existen técnicas locales para tratar los puntos gatillo (“desgatillamiento” miofascial) como la punción seca (sin medicación) o con anestésicos locales. También pueden colaborar las inyecciones perineurales subcutáneas. Estos procedimientos se realizan con agujas muy finas. Además, un plan de entrenamiento tendiente a estabilizar el segmento inestable será fundamental. En ocasiones, serán necesarias, técnicas de Medicina Regenerativa como la Proloterapia, y/o las inyecciones de productos como el PRP o los concentrados de médula ósea - (BMAC) de tendones y ligamentos lesionados. Las cuestiones nutricionales y hormonales también deben valorarse.


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[1] Los tendones son estructuras de tejido conectivo que unen el cuerpo carnoso del músculo al hueso. Constituyen la zona de transición entre estas dos estructuras y tienden a lesionarse ante la tracción crónica. Cuando esto ocurre, el colágeno de los tendones se degenera provocando una tendinosis. En el consultorio a estos procesos los llamamos tendinopatías.

(Emilio Augusto Pastor)

Médico especialista en Clínica Médica (UNR). Instructor de dolor osteomioarticular (FGADA y LAOM Argentina) y terapias regenerativas (LAOM Argentina).