
Hiperlaxitud articular (HA) y síndrome de hipermovilidad articular (SHA).
La hiperlaxitud articular se define como un aumento de la movilidad articular determinada por el incremento de la elasticidad de los tejidos. Dicho de otra manera, es la capacidad que tiene una articulación (o un grupo de articulaciones) para moverse, pasiva y / o activamente, más allá de los rangos de movimiento considerados según estudios poblacionales como normales.
Esta entidad tiene su origen en la alteración del tejido colágeno (fibras más delgadas con mayor proporción de elastina), el cual posee normalmente alta fuerza ténsil y es abundante en el tejido conectivo. El colágeno se encuentra en tendones, ligamentos, cápsulas articulares, huesos y otros órganos y sistemas.
Su prevalencia ha sido establecida entre un 10 al 20% de la población adulta (aunque se estima que este dato no es del todo fidedigno dado el desconocimiento de esta entidad que determina su subdiagnóstico). Es más frecuente en mujeres, con una incidencia familiar aumentada (patrón de herencia autosómica dominante). En ocasiones puede asociarse a diferentes entidades patológicas y ser una forma de expresión en determinados síndromes genéticos tales como el de Ehlers Danlos, de Marfan, de Stickler, de Down y la osteogénesis imperfecta, por señalar algunos. Además de hereditaria puede ser de tipo adquirida, es decir, relacionada con traumas pasados, enfermedades articulares, cirugías o entrenamiento inadecuado.
El síndrome de hipermovilidad articular hace referencia a la presencia de hipermovilidad articular asociada a síntomas clínicos derivados de esa laxitud o elasticidad de los tejidos. Puede afectar a una o varias articulaciones y disminuye con la edad progresivamente, dejando como secuelas los síntomas y signos asociados.
Tanto la HA como el SHA, se asocian, por lo general, a características fenotípicas de la persona: mujeres altas, delgadas, de piel blanca y fina, cara alargada, escleras celestes, párpados caídos, etc. Además se las asocia a diferentes “síndromes disfuncionales” dentro de los cuales podemos mencionar: ansiedad, depresión, fibromialgia, bruxismo, colon irritable, migraña, cefalea tensional, prolapso rectal/uterino, fatiga crónica, pánico y trastornos del sueño.
Los síntomas y signos más frecuentes asociados a estas entidades son los dolores osteomioarticulares que resultan de la sobrecarga ligamentaria (movimientos reiterados o posturales sostenidos) y de la carencia de agudeza propioceptiva (entendiéndose como propiocepción a la capacidad de juzgar la posición y movimiento de las articulaciones). Por lo tanto, los pacientes con SHA pueden tener un mayor riesgo de lesiones articulares y ligamentarias. Al examen físico es frecuente encontrar escoliosis, lordosis, pie plano, genu valgo, subluxación patelar, fracturas por stress, discopatías y espondilolistesis. El reconocimiento de estas entidades es totalmente clínico. Las pruebas más populares son el Test de hiperlaxitud de Beighton y el test de Brighton.
El diagnóstico de estas entidades es importante dado que estos pacientes suelen consultar a varios profesionales porque no encuentran respuestas a sus problemas, siendo en ocasiones incomprendidos. Una buena explicación, en la cual se debe remarcar que la HA no es una enfermedad sino “un tipo de tejido conectivo más elástico” que se asocia en ocasiones a mayor prevalencia de ciertos problemas, reduce la ansiedad y alivia a la paciente.
Para su tratamiento es necesario un enfoque integral individualizado. Se deben prevenir y tratar las lesiones del sistema osteomioarticular así como los problemas de dolores crónicos asociados a hipersensibilidad central y visceral. Los cambios en el estilo de vida son considerados como la intervención más importante. La actividad física bajo supervisión médica y tendiente a ganar fuerza y propiocepción, es uno de los pilares del mismo. Hoy en día contamos además con las técnicas de Medicina Regenerativa (Proloterapia, Plasma Rico en Plaquetas –PRP- y terapias celulares como los concentrados de médula ósea - BMAC), las cuales resultan fundamentales ante la presencia de lesiones asociadas.
Bibliografía: